En CVNE el enoturismo suena a históricas naves, a Gustave Eiffel, a gigantescas tinas, a cavernas que albergan miles de barricas y botellas, a refugios en viñedos, a chateux, a talleres sensoriales y a gastronomía riojana. En estos 145 años, ha convertido en la experiencia perfecta un paseo por sus viñedos y barricas. Así, además de conocer las bodegas, las visitas pueden disfrutar de catas, recorridos al aire libre, picnics en viñedos o en lugares tan especiales como el mirador de Viña Real; descubrir vinos centenarios en el Cementerio de Vino, personalizar botellas y probar sabores únicos en el Wine Bar, entre otras actividades. Y es que CVNE cuenta con un amplio programa de visitas con experiencias, horarios y recorridos adaptados a todos los gustos y todos los públicos.